Cuento para empezar
Iba Miguelito caminando por la carretera, luego de un día de ardua faena. De repente, un automóvil se detuvo a su lado. El joven que manejaba el carro le dijo: “¿Quieres que te lleve a tu rancho?”. Miguelito, un poco sorprendido, aceptó la generosidad del conductor, y se montó en el vehículo. Dentro del carro, la sorpresa fue mayor, pues Miguelito se dio cuenta de que aquel joven era nada más y nada menos que el hijo del hombre más rico de esa zona.
Llevaban poco tiempo andando por la carretera, cuando el joven, señalando unas mansiones a lo lejos, dijo: “¿Ves todas esas casas? Son mías porque son de mi papá”. Unos metros más adelante, el hijo rico volvió a indicar: “¿Ves todo ese ganado? Esas vacas son mías porque son de mi papá”. No habían pasado mucho trecho, cuando el joven continuó con orgullo: “¿Ves toda esa granja de pollos y esos terrenos sembrados? Son míos porque son de mi papá”. De esta manera iban por la autopista. Miguelito, callado, sólo se asombraba de las posesiones de su acompañante.
Empezaba a anochecer y en el cielo aparecieron las primeras estrellas. Entonces, Miguelito rompió su silencio, señaló al cielo y a la tierra y declaró: “¿Ves todas esas estrellas y las nubes y los montes y los ríos y las plantas y todo, todo, todo? ¡Son míos porque son de mi Papá!”.
Abba
Dios es nuestro Papá. Es cierto que ninguna imagen abarca a Dios; pero Jesús, quien es la mayor revelación de Dios, nos enseñó que Dios es Papá.
En realidad, referirse a Dios como Padre no era una novedad, puesto que en el Antiguo Testamento, ya Dios se había revelado de esa forma (en 15 ocasiones).
Así, se pueden distinguir tres clases de textos de Dios llamado “Padre” en el Antiguo Testamento
a) Dios se autodesigna como Padre: 2 Sm 7, 14; Jr 31, 9; Mal 1, 6
b) Los hombres dicen que Dios es Padre: Dt 32, 6; Mal 2, 10; Sal 68, 6; Tob 13, 4; Eclo 51, 10
c) Los hombres, en oración, invocan a Dios: “¡Padre!”: Is 63, 16; Is 64, 7; Jr 3, 4.19; Sal 89, 27; Sab 14, 3; Eclo 23, 1.4
Entonces, ¿cuál es la novedad que trae Jesús sobre Dios Padre?
Jesús se encarnó para salvarnos. La salvación consiste en la vida eterna. Y Jesús mismo nos dice qué es la vida eterna, en la “oración sacerdotal” en la misma noche de la última cena:
«En esto consiste la vida eterna: en conocerte a ti, el único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesús el Mesías» (Jn 17, 3).
En otras palabras, Jesús se encarnó para mostrarnos y darnos a conocer el verdadero rostro de Dios, a quien el Nuevo Testamento llama Padre en 170 ocasiones.
Ejemplos:
- A los doce años: “¿No sabían que yo debo estar en los asuntos de mi Padre?” (Lc 2, 49).
- El Padre sabe lo que necesitamos: “El Padre de ustedes sabe lo que necesitan antes de que se lo pidan” (Mt 6, 8).
- Jesús enseña a sus discípulos a orar: “Ustedes oren así: ¡Padre nuestro que estás en el cielo!” (Mt 6, 9).
- El Padre es providente: “El Padre del cielo sabe que ustedes tienen necesidad de todo aquello” (Mt 6, 22).
- El Padre es compasivo: “Sean compasivos como es compasivo el Padre de ustedes” (Lc 6, 36).
- El himno de júbilo: “Te bendigo, Padre, Señor del cielo y la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los doctos y haberlas revelado a los pequeños” (Mt 11, 25).
- Confiar en el Padre: “No temas, pequeño rebaño, que el Padre de ustedes ha decidido darles el reino” (Lc 12, 32).
- El Padre confía en Jesús: “El Padre ha puesto todo en mi mano” (Mt 11, 27).
- Jesús ama y obedece a su Padre: “Yo amo al Padre y hago lo que el Padre me encargó” (Jn 14, 31).
- Es uno con su Padre: “Que todos sean uno, como tú, Padre en mí y yo en ti” (Jn 17, 21).
- En Getsemaní: “Abba, Padre, todo es posible para ti, aparta de mí este cáliz; pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú” (Mc 14, 3).
- En la cruz: “Padre, perdónales; no saben lo que hacen” (Lc 23, 34).
- Justo antes de morir: “Padre, en tus manos pongo mi espíritu” (Lc 23, 46).
- Su Padre es nuestro Padre: “Subo a mi Padre, el Padre de ustedes…” (Jn 20, 17).
Los judíos se atrevían a llamar a Dios como Padre; pero la novedad de Jesús es ir más lejos: llamar a Dios como Papá. Jesús nos enseñó a llamar a Dios: “¡Abba!”. Es una atrevida confianza, llamar a Dios: Abba. En arameo (el idioma que habló Jesús), padre se dice “ab”; pero “abba” significa: papá, papito, papaíto.
La diferencia entre ab y abba está en la intimidad y la familiaridad de la palabra abba. Este vocablo tiene su origen en el lenguaje infantil, como el balbuceo de un niño. Es un término familiar, íntimo, tierno. Eso en la oración judía a Dios era algo totalmente impensable, irrespetuoso, pero en la boca de Jesús es lo natural, lo “lógico”.
Mientras que las oraciones judías no conocen la invocación de Dios con el nombre de Abba y procuran más bien salvar su trascendencia, esta palabra es característica de Jesús y encontramos un eco de ella en la oración de las primeras comunidades cristianas (cf. Rm 8, 15; Gál 4, 6).
Ya no es un rasgo genérico de Dios el ser Padre; es que Él es Papá: cercanía, confianza, ternura, amor, seguridad. Jesús experimenta a su Papá como el fundamento y origen de su vida.
Esta atrevida confianza de Jesús de tratar a Dios con particular familiaridad, con esa cercanía de tanta intimidad, le costó la vida: En la mentalidad judía era irreverente e inconcebible llamar a Dios con un nombre tan familiar. Sin embargo, Jesús consideró esta infantil invocación a Dios como expresión del singular conocimiento de Dios, que por su Papá le fue dado.
En labios de Jesús, “Abba” expresa la confianza amorosa en un Papá muy cercano, a quien se dirigía con sencillez y espontaneidad.
Padre de Misericordia
Así llamaba Jesús a Dios: Abba. Y nosotros, que queremos ser sus discípulos, hemos de imitarle. ¿Sueles invocar a Dios Abba? ¿Te has atrevido a llamarle Papá? Quienes tenemos hijos somos llamados a reproducir la imagen de Dios Padre. Él nunca será demandado por “paternidad irresponsable”. ¿Y nosotros? Dejémonos amar por ese Papá Dios. Y ya que nos preparamos para el próximo año santo, no olvidemos que Dios es Padre de Misericordia.
¡Feliz “Día de los Padres” en el mes de julio y siempre!
Por: Yuan Fuei Liao