Las “Misioneras del Amor y la Misericordia”
Nuestra Comunidad Siervos de Cristo Vivo posee una espiritualidad muy rica, llamada a dar mucho fruto.
Hay una riqueza insondable en los sentimientos del Corazón de Cristo, que habiendo elegido y consagrado a cada Siervo, también desea que esos sentimientos de Su amor, sean expresados desde una vida y un corazón que lo manifiesten con carácter de exclusividad.
Es decir, desde dentro de la misma Comunidad, viviendo la misma espiritualidad y carisma, elegirá por pura misericordia suya, como lo hizo con Asun, hermanas y hermanos, que habiendo recibido una mirada interior de amor especial, lo dejaran todo para vivir esa misma espiritualidad y carisma de la Comunidad con un corazón indiviso. Toda su vida, todo su ser y corazón, única y exclusivamente para El, y lo expresarán sellando ese amor preferencial por medio de los votos.
Para dar el paso que Asun está dando, es necesario experimentar ese llamado interior realizado desde la vivencia de nuestra propia espiritualidad, desde esos mismos sentimientos que un día te eligieron como Siervo de Cristo Vivo, que te consagraron para proclamar el Corazón que se ofrece, y que en un momento determinado de tu vida, te podrían poseer de una manera tan completa que, El en su misericordia, te elegirá sólo para Sí, pidiéndote que le des toda tu vida para volcar Sus Sentimientos en ti pidiéndote un amor exclusivo, un corazón indiviso.
La rama religiosa de la Comunidad Siervos de Cristo Vivo, las “Misioneras del Amor y la Misericordia”, es el espacio fecundado por la fidelidad de todos los Siervos fieles a su vocación. Y es en ese espacio donde Dios quiere tener almas que le ofrezcan todo su ser, sólo para El, viviendo la misma espiritualidad y carisma selladas por una entrega incondicional en la profesión religiosa.
Proclamando también, por medio de esa profesión religiosa, que hemos sido alcanzadas por un amor que lo merece todo, al que queremos dar en correspondencia a su llamado, nuestra vida, y proclamar que hay un Corazón traspasado que grita Su Amor y Misericordia al hombre y a todos los hombres.
Si la rama religiosa es el espacio fecundado por los Siervos fieles a su vocación, la fidelidad de las Misioneras del Amor y la Misericordia es fuente de oración constante por cada Siervo, y motor silente de gracias que Dios derramará sobre todo en la Comunidad desde las entrañas de su Corazón.
Unos y otros nos complementaremos, cumpliendo dentro de la Iglesia, la misión y propósito para lo que el Corazón de Cristo nos eligió.
Visitan nuestra página: Casa del Pobre
Facebook: lacasadelpobre
Por: Sor Maria Teresa López
"La nueva evangelización, unicamente podrá ser llevada a cabo por nuevos evangelizadores que han sido renovador por el espíritu de Dios y ungidos por su poder y que son testigos de que Jesús Vive".