Queridísima familia de la Comunidad Siervos de Cristo Vivo:

¡Paz y gozo en el Corazón de Jesús para cada uno de ustedes!

¡Estamos jubilosos!

Nos acercamos a Pentecostés, que en este año constituye un acontecimiento particularmente singular: los católicos carismáticos del mundo entero estamos celebrando, junto al Papa Francisco, los 50 años de la Renovación Carismática en la Iglesia Católica.

¿Cómo no agradecer al Señor, con el corazón encendido, por las incontables maravillas de las que hemos sido testigos en estos años de gracia singular?

Recordemos que hace 50 años (febrero de 1967), un grupo de estudiantes universitarios tuvieron su retiro en el llamado «fin de semana de Duquesne», en el que recibieron un bautismo en el Espíritu, que sería el detonante de la RCC.

Patti Gallagher es una de las personas que participaron en ese retiro. Años más tarde, publicó su libro «Como un Nuevo Pentecostés» (prologado por nuestro amado P. Emiliano), en donde ella relata que escribió en su libreta de estudiante: «¡Quiero un milagro!». Y el milagro se hizo: ¡se propagó el movimiento carismático en toda la Iglesia!

La Comunidad Siervos de Cristo Vivo es fruto de ese milagro, de esa renovación espiritual. En nuestros Estatutos se indica claramente que somos “una comunidad carismática y evangelizadora” (1.2). Por eso, estos días alrededor de Pentecostés son una ocasión propicia para invocar al Fuego que baja del Cielo para que siga encendiendo nuestros corazones con más ardor por la contemplación, la evangelización y la transformación en Cristo.

Esperamos con ansias el mensaje que Su Santidad el Papa Francisco dirigirá a los católicos carismáticos de los cinco continentes. Ya hace unos años, nos dio sabias indicaciones:

«Ustedes recibieron el Espíritu Santo que los hizo descubrir el amor de Dios por todos sus hijos y el amor por la Palabra. Ustedes, pueblo de Dios, pueblo de la Renovación Carismática, ¡cuiden de no perder la libertad que el Espíritu Santo les dio! No hay más libertad que la de dejarse guiar por el Espíritu Santo, renunciando a calcular y controlar todo; y permitir que él nos ilumine, nos guíe, nos oriente, nos impulse para donde él quiera»(Discurso a la Renovación Carismática en el Estadio de Roma, 1-6-2014).

Por otro lado, es una alegría comunicarles que el ICCRS (órgano coordinador de la Renovación a nivel mundial), dentro del marco de la celebración del “Jubileo de Oro” en Roma, ha comisionado a nuestra CSCV para que seamos los responsables del quiosco del P. Emiliano Tardif en una muestra sobre los Siervos de Dios (en procesos de beatificación) que han surgido de la Renovación. Esto tendrá lugar en este próximo fin de semana.

Agradecemos la confianza puesta en nuestra comunidad para presentar al Siervo de Dios Emiliano Tardif, tan nuestro y tan universal. A Roma ha llegado un grupo de más de 20 personas vinculadas a la CSCV, encabezado por el P. Andrés Dumas MSC, Vicepostulador de la Causa, y por Alfredo Pablo, del Consejo General, para atender dignamente esta responsabilidad.

Preparando los materiales para ser mostrados en dicha exhibición, hemos vuelto a saborear las palabras del P. Emiliano. El 18vo. aniversario de su pascua se celebrará en fecha cercana a Pentecostés. Es oportuno, pues, recordar las sabias indicaciones extraídas de sus libros, relativas al Espíritu Santo y a Pentecostés:

«El poder del Espíritu Santo me ha convertido en un testigo de que Cristo vive.

La Iglesia es un Pentecostés permanente y no una racionalización permanente.

Ni la ciencia ni las técnicas pueden suplir la acción del Espíritu. No olvidemos que, si el Señor no edifica la casa, en vano se cansan los constructores.

Hay muchos que no le dan espacio al Espíritu para que se mueva libremente. Lo quieren encajonar en moldes pre-establecidos y no lo dejan volar con la libertad del viento que sopla como quiere.

Creo que no hemos visto nada. El Señor nos da sorpresas mayores cada día: Pentecostés está comenzando. Vamos a ver cosas todavía más grandes.

Viene una época gloriosa, como nunca antes ha existido.

El mundo, más que nunca, necesita de Jesús, y él se va a manifestar con todo el poder de su Santo Espíritu.

La fuerza de la Renovación Carismática radica en la experiencia del poder del Espíritu Santo.

Sabemos que la obra de Dios no depende de nuestras fuerzas o capacidades, pero que tampoco se detiene por nuestras limitaciones o defectos. Dios es aún más grande que todas nuestras miserias.

Lo que marca la diferencia entre un evangelizador y un nuevo evangelizador es Pentecostés. Solo el Espíritu Santo los convierte en testigos de la resurrección de Cristo Jesús».

Que el Corazón Traspasado de Jesús (de donde brotaron Sangre y Agua), por esa misma Agua del Espíritu, nos siga convirtiendo más en testigos de su gracia sorprendente. Así podremos continuar honrando la memoria del P. Emiliano: proclamando con entusiasmo y con poder que ¡Jesús está vivo!

Les abrazamos en los Sagrados Corazones,

María Armenteros y el Consejo General

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