El fin de semana del 7 al 9 del presente mes de agosto, la Casa de la Anunciación de Santo Domingo contó con la visita del padre Luis Colón, de la orden de los Esclavos de la Eucaristía, quien reside en Puerto Rico y vino al país a impartir un retiro abierto con el lema: Transformados por la Eucaristía.
Los siervos de la Casa en unión con la gran parte del pueblo que se dio cita durante dicho retiro participaron de una experiencia espiritual verdaderamente renovadora y transformadora, fruto de la presencia viva y real de Jesús en la Eucaristía y como un signo del gran amor y la misericordia de Dios por su pueblo.
Citando algunos de los muchos tips compartidos, en una de sus reflexiones (Eucaristía fuente de santidad) tenemos:
*Para avanzar en nuestro llamado a la santidad, una vía infalible es dejarnos comulgar por Jesús en cada Eucaristía que tengamos la dicha de vivir. Es necesaria la santidad de Jesús que habita en la Eucaristía y que cada uno la reciba atenta, expectante y debidamente preparado.
*La Eucaristía nos enamora y nos enciende. La Eucaristía nos da sed de almas y no nos deja indiferentes a la necesidad de nuestros hermanos.
*Un alma eucarística es un alma expiatoria, un alma penitente. A ella Dios le pide ser un cristo vivo (Eucaristía: fuente de luz y esperanza) en todo momento y lugar e incluso donde menos lo imaginamos.
*La santidad es siempre santidad de la vida diaria, no solo cuando estamos en la iglesia. Nos encontraremos con muchas almas que andan buscando una oportunidad que solo y quizás a nosotros nos tocará el “chance” de brindarla.
*La verdadera santidad es la que engendra el amor.
*La Eucaristía nos lleva a la fineza de amor a Dios, a nosotros mismos y a los demás. La vida de santidad crece y se manifiesta en detalles de amor.
*En pocas palabras, la santidad es una locura incurable de Amor.
¡Gracias Señor, por tantas bendiciones recibidas y compartidas!