¡Jesús está vivo!

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En la Semana Santa, hacemos presente el acontecimiento que cambió la historia del mundo: La pasión, muerte y resurrección de Cristo. Jesús se hace hombre para rescatarnos, para redimirnos (Hebreos 9:15). Él, toma nuestro lugar cargando con nuestros pecados y los de toda la humanidad. “Y no obstante, se anonadó a Sí mismo tomando la forma de siervo, hecho semejante a los hombres, y reducido a la condición de hombre. Se humilló a Sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual también Dios le exaltó hasta lo sumo, y le dio nombre superior a todo nombre". Filipenses 2, 7-9.

El éxito de Jesús, radica en tener su objetivo bien claro, y realizarlo era su máxima satisfacción. “Jesús les dijo: —Mi comida es que haga la voluntad del que me envió y que acabe su obra". (Jn 4.34). “Más para que el mundo conozca que amo al Padre y como el Padre me mandó, así hago”. (Jn14.31).

Él se hizo uno como nosotros, para alentarnos y hacernos entender que aun en nuestra humanidad, podemos lograr nuestro objetivo esencial: “Ser santos” como es el deseo del Padre. Por su obediencia es exaltado y prometió estar entre nosotros hasta el fin de los tiempos.

De una manera más gráfica lo expresa el padre Emiliano en su libro “Jesús está Vivo”, en el capítulo dos: “Al día siguiente de mi llegada me levanté muy temprano, antes de que saliera el sol, y me interné por esas viejas y torcidas calles de la siempre nueva ciudad de Jerusalén, recorriendo el mismo camino de María Magdalena el Domingo de Resurrección.

Al llegar al Santo Sepulcro me encontré con un amigo. Al entrar en el monumento, nos hizo notar una inscripción escrita en griego que decía: ¿POR QUE BUSCAN ENTRE LOS MUERTOS AL QUE ESTA VIVO? ¡NO ESTA AQUI! ¡RESUCITO! Todavía no salgo del asombro de esa madrugada que es como el eco del Domingo de Pascua. El que murió en la cruz, abandonó el sepulcro y está vivo. De la oscuridad de esa tumba ha brotado una luz que ilumina a todos los hombres, iniciando una nueva creación. Si Jesús no está en la tumba vacía de Jerusalén, se encuentra en todas partes del mundo”.

Y es que Jesús está entre nosotros porque desea establecer una relación de amistad íntima y profunda con cada uno, comunicándonos lo que Él es: Su divinidad para elevar nuestra humanidad. Jesús es Dios que nos da a experimentar sobre todo Su Amor Misericordioso, que nos mira con complacencia, que nos entrega Su Corazón y Sus Sentimientos en don total de Sí Mismo, y nos pide que lo dejemos amarnos y transformarnos con el poder de Su Espíritu, en testigos vivos de Su Amor al hombre y a todo hombre. [1]

¡Jesús está vivo! Y en Su Resurrección, te invito a disfrutar del agua que brota de la fuente que se abrió cuando el soldado traspasó su corazón. Sumérgete en lo más profundo de Su corazón que está abierto para ti, porque Él quiere sanar tus heridas.

¡Regocíjate! Resucita con Cristo para que seas, como nos llama la Espiritualidad del Siervo,[1] a ser en el mundo de hoy, con el testimonio de nuestras vidas, con la gracia y el poder del Espíritu, Sus sentimientos de Amor; Sus pensamientos de Amor; Sus proyectos de Amor; Sus realizaciones de Amor; Su Corazón abierto para todos, siempre en entrega continua, perdonando, acogiendo, comprendiendo, dando la nueva oportunidad al caído, como don del Padre a los demás.

¡Jesús Está Vivo! Y de eso soy testigo.

¡Felices Pascua de Resurrección!

Oscar Jáquez

Director General Comunidad Siervos de Cristo Vivo

[1] Espiritualidad del Siervo

Frases P. Emiliano

"La nueva evangelización, unicamente podrá ser llevada a cabo por nuevos evangelizadores que han sido renovador por el espíritu de Dios y ungidos por su poder y que son testigos de que Jesús Vive".