Pentecostés

Es una festividad universal de la iglesia, mediante la cual se conmemora el descendimiento del Espíritu Santo sobre los Apóstoles cincuenta días después de la Resurrección de Cristo.

Las primeras alusiones a su celebración se encuentran en escritos de San Irineo, Tertuliano y Orígenes, a fin del siglo II y principio del III, para la que se preparaban con ayuno y una vigilia solemne.

La palabra Pentecostés viene del griego y significa el día quincuagésimo. Antes de Cristo, los judíos celebraban una fiesta 50 días después de la Pascua para dar gracias a Dios por la cosecha, luego se convirtió en la fiesta en la que recordaban la Alianza del Sinaí, donde Dios entregó a Moisés las tablas de la ley.

Los cincuenta días pascuales y las fiestas de la Ascensión y Pentecostés, no son fiestas aisladas, son parte de un solo y único misterio. La Iglesia nace en la Resurrección de Cristo y se confirma con la venida del Espíritu Santo. Los cristianos tenemos la oportunidad de vivir intensamente la relación existente entre la Resurrección de Cristo, su Ascensión y la venida del Espíritu Santo.

En la fiesta de pentecostés celebramos el cumplimiento de la promesa de Jesús de enviarnos al consolador, aquel que nos revestiría de poder para ser testigos de su resurrección en todo el mundo. Al recibir al Espíritu Santo, tercera persona de la Santísima Trinidad recibimos la plenitud de Dios en nuestros corazones. El Espíritu santo es como oleo que penetra en lo más hondo y unge; al ungir, se hace escudo y protección de quien lo recibe porque Dios toma como propio lo consagrado. Es sello que Dios imprimiera sobre nosotros (igual al que pone sobre la cera caliente para cerrar una carta) indicando que El es propietario y remitente, el único que conoce el secreto que reposa en nuestro interior; es el compromiso de Su amor para con nosotros.

El Espíritu Santo es prenda (garantía) de la fidelidad de Dios y es primicia (anticipo) de la plenitud que nos espera en la eternidad; es fuego que quema las impurezas y agua que sacia la sed; es poder, energía y dinamismo; es acción y vida en todo nuestro ser.

Estemos siempre abiertos a recibir la fuerza que viene de lo alto, para que nuestras vidas sean instrumento del amor que Dios engendra en cada corazón.

¡VEN ESPIRITU SANTO!!

Sabrisky Feliz Arnaurd (CSCV)

Frases P. Emiliano

"La nueva evangelización, unicamente podrá ser llevada a cabo por nuevos evangelizadores que han sido renovador por el espíritu de Dios y ungidos por su poder y que son testigos de que Jesús Vive".