Crónicas de la Comunidad Siervos de Cristo Vivo.
Crónica número 4
Año 1984
Por: Nidia y John Fleury
El P. Emiliano nos instruye
El 4 de enero, el pequeño grupo de la naciente CSCV, nos fuimos con el P. Emiliano a Nagua a un encuentro de dos días en una casa de playa de los MSC. El Padre nos llevó a este lugar tranquilo junto al mar. Llegamos por la tarde, disfrutando de la belleza del lugar, y rezamos Vísperas en la misma playa.
El Padre, como buen padre, nos instruía, con ternura y con mucho amor, centrado siempre en la Palabra de Dios y en su gran amor a la Iglesia.
Nos habló sobre el Ayuno
Nos habló sobre el ayuno y la oración en el Antiguo y el Nuevo Testamento. También nos habló de los problemas, por ejemplo: un viernes, el Padre llegó a Barahona con el equipo. Al desmontarnos, una de nosotros se desmayó, por no haber comido en todo el día. (Habíamos acordado ayunar los viernes). Así que, acordamos que cuando fuéramos a dar retiros,hiciéramos nuestro ayuno el jueves. Pues no podíamos negar la comida que nos ofrecieran en la casa donde nos acogían, ni llegar tan debilitados que no tuviéramos la energía para predicar.
Nos hemos comprometido a orar los unos por los otros. La finalidad de la CSCV es la transformación en Cristo, la santificación personal de cada uno de sus miembros. El tipo de vida de la Comunidad es contemplativa y apostólica. (1 Juan 1, 3) “Lo que hemos visto y oído se lo damos a conocer”.
El domingo por la tarde regresamos a nuestras casas felices y contentos y un “chin”quemados por el sol de Nagua.
El Teléfono de oración
John: En el Hogar Paz en Santo Domingo, nosotros no tuvimos teléfono. Nos dijeron que no habían más líneas telefónicas para Los Prados. Así que, arreglamos una especie de línea y timbre desde la casa de nuestra vecina Nellie. Entonces, si alguien nos llamaba, ella tocaba el timbre y nosotros salíamos corriendo por la calle para llegar a su teléfono.
La falta de un teléfono era un problema también para las Carmelitas de Clausura quienes acababan de instalarse en la residencia del CONSA (Colegio de Nuestra Señora de Altagracia) a unas seis cuadras de nosotros. Tampoco tenían teléfono.
Padre Emiliano en el Hogar Paz con la primera alba
elaborada por las Carmelitas de Clausura.
Nota: Las Carmelitas de clausura han sido siempre nuestras intercesoras y colaboradoras, e incluso, la primera alba y estola para el Hogar Paz la hicieron ellas.
Cada semana hice una visita a la sede de CODETEL en la “30 de marzo” con la esperanza de que ya habían decidido instalar más líneas telefónicas para Los Prados. Llegué a hacerme amigo de las personas responsables.
Un día me recibieron ¡con muchas sonrisas! Sin más, rellené los papeles para las Hermanas Carmelitas. Después de agradecer a todo el mundo y ya estaba por salir, cuando uno me llamó la atención de que no había hecho el papeleo para nuestro propio teléfono. ¡Se me escapó por completo! Al sentarme de nuevo, recordé de nuestras ganas de tener un teléfono de oración también, y rellené no una, sino dos fórmulas. Me dieron la oportunidad de elegir los números entre los que estaban disponibles, y elegí dos que son fáciles para memorizar: 566-9449 para la casa, y 565-7580 para el teléfono de oración. ¡Imagínense la ilusión cuando volví a casa!
El 12 de febrero Mons. Nicolás nos visitó. El se emocionó con la idea del teléfono de oración, y la noche siguiente anunció en un programa de televisión de un nuevo ministerio de la Iglesia, con el número y todo. La mañana siguiente recibimos la primera llamada. Era el 14 de febrero 1984 y era una mamá pidiéndonos orar por su hijo. Dios habla a través de las fechas.
Mons. Nicolás celebrando Misa en la capilla, Hogar Paz.
Rápidamente se organiza un equipo de personas de oración para prestar servicio en la capillita, escuchando y orando con las personas que llaman. Monseñor Nicolás nos pidió adhesivos para enviar a todas las parroquias de la arquidiócesis, y rápidamente queda este ministerio organizado con una mística de oración y servicio, silencio y confidencialidad.
Este ministerio de intercesión por teléfono fue uno de los que aprendimos el P. Emiliano, John y yo de la comunidad de Emmanuel en París, donde se llama: “SOS-priere”. Nosotros lo
propusimos en la fundación de la Comunidad y fue aceptado por todos. Es un hermoso ministerio. El Padre Emiliano dijo que es un ministerio de compasión y John dijo que es un ministerio también de evangelización. Los dos tienen razón. Es un ministerio desde el anonimato. No decimos dónde estamos ni quiénes somos, para que se destaque sólo Jesús y su infinita misericordia.
Margarita, la hermana de María, añadió que era como una lupa, enfocando el calor del amor del Señor sobre los que nos llamaban desde su soledad.
La canasta de peticiones
Se instaló el teléfono de oración en nuestra Capilla. Es aquí también donde colocamos la canasta de peticiones. María había recibido una llamada del Señor a la comunidad de poner una canasta junto al Sagrario, con un letrero “Fuego Ardiente de Jesús”, como una señal visible de algo invisible, que es lo que hace Jesús glorificado a la derecha del Padre: interceder por nosotros.
Aquí se depositarán las peticiones al Señor. Se las presentarán en la Misa de cada viernes primero, y luego se quemarán en oración como ofrenda al Corazón de Cristo, lleno de misericordia, sabiendo el que las quema que no está quemando simples papeles, sino que todas esas peticiones están “siendo depositadas en el fuego ardiente de Su Amor”.
La Canasta en la Casa de la Anunciación
El “Ángelus”
María también recibió la inspiración de rezar el “Ángelus” en la Casa, cada día al mediodía,con la intención de reparación a Dios por todos los niños que ese día han sido abortados. Cada día tocamos la campana a mediodía para que todos los que la escuchen se detengan y se unan a la oración.
El Señor nos hacía ver que en el Angelus se manifiesta la alegría del Misterio de la Encarnación de Jesús en el seno virginal de María Santísima. Al nosotros rezarlo cada día, lo hacemos pidiendo perdón por tantas madres que en ese día - como diría el P. Emiliano - “en vez de una cunita le preparan a sus hijos un bote de basura”.
La Campana en la Casa de la Anunciación.
La Adoración
El Señor mismo nos había invitado a la adoración cuando habló a María en Panamá el 13 de junio de 1983. Dijo que la razón de la adoración “sea intercesión por las almas que necesitan conocerme y saber de mi amor eterno”, y “como un símbolo de la oración que hago ante mi Padre por todos aquellos que se acercan a pedir ayuda. Yo, perpetuamente, junto al alma que levanta sus ojos hacia mi en busca de consuelo y de amor”.
La Adoración es el llamado de Jesús, porque Él quiere bendecirnos perpetuamente. Cuando tomamos el tiempo para sentarnos a Sus pies, El nos llena con sus bendiciones.
María nos comunicó lo que ella había recibido del Señor y toda la comunidad estuvo de acuerdo.
El cómo de la Adoración
Entonces vinieron las preguntas: ¿Dónde? ¿Cómo? ¿En una casa más grande? Todo tipo de pregunta surgió ante el llamado que sentimos a la adoración permanente a Jesús Sacramentado. Entonces decidimos ir a hablar con Monseñor Nicolás para compartir la idea y escuchar sus sugerencias.
El Señor lo quiere
En este mismo mes, María, John y Jochy fueron a hablar con Monseñor Nicolás. La respuesta fue: “Yo quisiera tener la adoración perpetua en todas sus parroquias, empezando ya el próximo junio con la celebración de Corpus Christi” … ¡Wow! Tú eres Jesús el Pan Vivo bajado del Cielo. Gracias por quedarte en la Eucaristía. Gracias por nuestra Madre Iglesia. Gracias por nuestros Pastores.
La Custodia en el Hogar Paz
Y la confirmación
Al volver de un retiro para sacerdotes “carismáticos” (en Sonsón Rionegro, la diócesis de Mons. Uribe Jaramillo, en Colombia) el P. Emiliano nos contó el siguiente testimonio:
Un sacerdote de San Salvador no había dicho nada en todo el retiro. El último día le pidieron compartir algo, y esto es lo que dijo:
“Los guerrilleros y los militares estaban peleando por todas partes. Estaban matando sin compasión a muchos catequistas y animadores de asambleas, diciendo que eran comunistas. Este sacerdote mismo había perdido muchos de sus mejores catequistas y animadores.
Después de mucha oración, se decidió instituir la Adoración Perpetua en su parroquia. Cada día la gente adoraba al Santísimo en una de las capillas y -al atardecer- trasladaban el Santísimo a la capilla siguiente, y así de capilla a capilla, de manera que siempre se estaba adorando en una u otra de las 40 capillas de la parroquia. Desde entonces no habían matado a nadie en todo el territorio de la parroquia.
Sucedió un día que vinieron los militares y llevaron preso a un catequista del pueblo mismo. Estaba detenido en el destacamento. Todo el mundo supo que -por la mañana- le llevarían a la capital y él “desaparecería”.
El pueblo entero fue a la iglesia parroquial para interceder. Mientras tanto -ya pasada la media noche-, el catequista estaba sentado en su celda. De repente se dio cuenta de que la puerta estaba abierta. Mirando hacia afuera, vio que el pasillo estaba vacío y la puerta de salida estaba abierta también. Silenciosamente salió por la parte de atrás del destacamento, y -corriendo de una sombra a la próxima- hizo camino hacia su casa. (Le pasó lo mismo que a Pedro cuando el ángel lo sacó de la cárcel, por la oración de sus hermanos. Hechos 5, 17-21).
Pero no termina la historia aquí: pasando por la Iglesia, el catequista vio que las luces estaban encendidas. Entró y encontró a sus hermanos ¡orando por su liberación! ¡Imagínense el gozo de la comunidad! …
Después de darle un buen desayuno, y abastecerle bien con provisiones, le acompañaron a la salida del pueblo, con todo lo necesario para alcanzar la frontera y la libertad definitiva. ¡Gloria a Dios!”
Nosotros, los de la CSCV, no podemos negar que la adoración funciona. Dios escucha y nos responde.
Mons. Nicolás de Jesús nos visita
Mayo 5. Mons. Nicolás vino a celebrar la Eucaristía con nosotros en el Hogar Paz. Aquella noche compartimos una cena bajo los árboles en el patio de atrás de nuestra casita de Oración. Cada uno trajo algo de su casa para la cena. Fue un verdadero compartir en familia.
Hablamos largamente. Nos recordó de las dificultades de la primera comunidad cristiana en los Hechos de los Apóstoles y cómo, incluso Pedro y Pablo no siempre estaban de acuerdo. No hay que asustarnos ante las dificultades. Monseñor dijo que él se identifica con nosotros, y como Pastor estaba con nosotros. Muchas veces nos repetiría que era “miembro at large” de esta comunidad.
Cena en el patio con Mons. Nicolás
John a Roma y la Providencia
Nidia: El P. Benigno Juanes S.J. pidió a John que fuera a representar a la RCC dominicana en el Encuentro Internacional en Roma. Yo me quedé al frente de la casita.
Días antes una guagua nos habían chocado, y el carro quedó bien deteriorado. El taller pedía RD$ 5,000.00 para repararlo. ¿Cómo lo haríamos? No teníamos ni un centavo.
John se fue a su misión de participar en el Encuentro Internacional de Roma y aprovechó también para ir a Medugorjie. Mientras tanto, tuvimos un retiro de parejas en el Hogar Amiama aquí en Santo Domingo. Yo estaba a cargo de la grabación y del servicio de los casetes apoyada, sobre todo, por Juanita Lora. Mientras tanto el carro agonizaba con poca esperanza de reparación en la marquesina del Hogar Paz.
La Providencia Divina nos acompaña:
La tarde del sábado en el retiro, mientras se preparaban los casetes, uno de los participantes pasó delante, y se detuvo. Me entregó un sobre y me dijo: “esto es para ayudar este ministerio”. Le di las gracias pero no tuve tiempo para abrir el sobre hasta regresar al Hogar Paz. Cuando vi su contenido me quedé sorprendida. Contenía la cantidad de RD$ 5,000.00. ¡Wow! Nunca había tenido esta cantidad de dinero en mis manos. Además era lo que costaba para arreglar el carro. ¡Gracias Padre providente que nos cuidas con tanto amor!
Enseguida llamé a María para compartir mi alegría y las dos dimos gracias a Dios.
¡Vayan y proclamen la buena nueva!
Invitaron al P. Emiliano a dar un retiro en Guayubín. Pura, John y yo le acompañamos.
Esta tarde una monja llegó a la Iglesia para pedir al Padre ir al otro día a un prostíbulo cercano. Bajo una enramada de paja nos recibió un grupo de mujeres jóvenes con su “Matrona”. Todas estuvieron muy atentas. El Padre les habló del amor de Dios y su misericordia. Oramos por ellas.
Conclusión: al día siguiente todas ellas vinieron a la Iglesia a participar en el retiro. ¡Gloria al Señor! Nuestro buen Dios se derramó en bendiciones en aquel lugar. El Señor luego nos habló:
“Sean portadores de mi Reino. Proclamen al mundo mi Reino: con sus palabras, con sus miradas, con sus sonrisas. Mi Reino los posee a ustedes. Lleven mi Reino al mundo”. (María Armenteros).
Nuestra segunda reunión comunitaria.
Hicimos nuestra reunión comunitaria en Bonao, en la casa de una amiga. Así Evaristo y Yolanda podían participar de la reunión y volverse a Nagua esa misma noche.
No podemos olvidar la acogida especial en el patio de esta casa: un grupo de gansos con sus picos abiertos vinieron a nuestro encuentro. (Era como el capitolio en la Roma antigua). ¡Entre miedos y carreras entramos a la casa! Nos esperaba la familia que nos facilitó un hermoso lugar por todo el día. Aquí el Padre Emiliano recibió estas palabras:
“Hijos míos, ustedes tienen un largo caminar. Sentirán cansancios, sentirán rechazos, pero recuerden que a mi también me rechazaron y Yo también sentí cansancio. Pero Yo estoy con ustedes, sigan mi camino”. (Febrero 1983).
Jarabacoa
Invitaron al P. Emiliano, con los SCV a dar un retiro en Jarabacoa para las esposas de los Animadores de Asamblea de la Diócesis de Santiago. Le acompañamos: Pura, María, John y yo.
El salón del Centro Vacacional se llenó de mujeres, y el Señor se glorificó durante todo el fin de semana. El domingo vino Mons. Roque Adames, Obispo de la Diócesis de Santiago, y presidió la celebración Eucarística en la clausura de este hermoso retiro.
Palabras de Conocimiento
En este retiro hubo una sorpresa para John: Mientras orábamos por los enfermos él recibió una palabra de conocimiento de un hombre que sanaba de una llaga en su pie derecho. El P. Emiliano miró a John y le dijo: “Mira John, todas son mujeres, eso no puede ser”. El Padre tomó el micrófono y John se sintió mal.
Tres meses después María estaba en Jarabacoa. Vino uno de los vecinos, Presidente de Asamblea a contarle el milagro del Señor. Dijo: “En el retiro, yo vine a buscar a mi esposa pero me quedé fuera hasta que salieran. Yo tenía esta pierna muy enferma, me dolía, pero ese día aquí, el otro hombre blanco, no el P. Emiliano, dijo que había un hombre sanando de su pie derecho. Ese fui yo y doy gracias a Dios que me sanó”.
María se llenó de alegría por la sanación de su amigo campesino y porque sabía cuánto había sufrido John en silencio y obediencia.
Cuando el padre Emiliano lo supo daba saltos de alegría y se excusaba con John porque él no lo había visto afuera detrás de la ventana, pero el Señor había ido hasta allá a sanar su dolencia tal como lo anunciaba John.
¡El Señor esperaba tres meses para confirmar la palabra!
Así nuestro Padre Dios nos va instruyendo y modelando en el camino sobre todas las virtudes porque El quiere que seamos santos.
Retiro de Semana Santa
Este año empezamos con los retiros multitudinarios de la Semana Santa, los cuales siguen hasta el día de hoy llenos de fervor, y cada año con más participación. Al principio usamos el espacio abierto del Colegio CONSA, de Los Prados, y pronto descubrimos uno de los problemas mas agradables para un Siervo de Cristo Vivo: siempre encontramos que el espacio es demasiado pequeño.
En aquel primer retiro, el Señor se manifestó con signos y prodigios.
Mons. Nicolás presidió la celebración de la Misa al final del retiro, y le pidió al P. Emiliano dar un retiro también en su catedral.
La Comunidad predicaba en la Catedral Primada de las Américas.
Los días 4, 5 y 6 de marzo predicamos un retiro carismático en la catedral de Santo Domingo a petición de SER Mons. Nicolás, con gran participación del público. El Arzobispo mismo lo clausuró con la Eucaristía final. El tema de su homilía fue: “Si conocieras el don de Dios”. ¡Imagínense, un retiro carismático en el baluarte de todo lo que simboliza la tradición católica!
El ministerio “Sígueme” de libros y casetes prestó aquí un gran servicio. A Ti Señor, el honor y la gloria.
La CSCV en el ECCLA
Se celebró el Encuentro Carismático Católico Latinoamericano del 30 de octubre hasta el 3 de noviembre. El tema era: “La Familia y la Renovación”.
María y el equipo pasan días y noches trabajando en la casa de retiros “Manresa Loyola”en la preparación de este gran encuentro.
Se esperan unos 200 delegados, líderes de América Latina, que se reunirán durante una semana aquí en Santo Domingo.
PET predicando en ECCLA VIII
El ministerio Sígueme de la CSCV, con sus libros y casetes, fue invitado a prestar el servicio de grabaciones. ¡Imagínense, para tanta gente! Vinieron los Siervos del Cibao para reforzarnos. El P. Segundo Cano de Panamá vino con varias Hermanas de su Comunidad para ayudarnos. Y no faltaron colaboradores dominicanos, en especial nuestra querida amiga Juanita Lora.
Esto fue una semana entera sin parar, pero ¡qué bueno es cansarse trabajando para la evangelización! Nosotros disfrutamos mucho en el servicio.
“La Doña”
La semana siguiente John y yo nos fuimos a distribuir las charlas grabadas. Visitando las librerías del interior. Así llegamos a la pequeña librería de la Renovación -en San Francisco de Macorís-, llevada por Flérida Then, Así conocimos por vez primera a “La Doña”, quien será la profesora, maestra y mentora de una generación de Siervos.
Doña Flérida
“El Tiburón”
Al final de la distribución, John y yo nos quedamos con Pura en la casa del P. Enrique Potvin MSC, en Samaná, para descansar un poco junto a la playa.
El Padre Enrique ganó el apodo de “El Tiburón de la Bahía” como un título de admiración por parte de susparroquianos, por su papel en distribuir la famosa carta de los Obispos, que era el principio del fin de Trujillo.
Así nosotros, con las fuerzas renovadas, regresamos días después a Santo Domingo para continuar la misión.
Un poco más tarde, a petición de Mons. Nicolás, Pura deja su querida Samaná y vieno a Santo Domingo a vivir con nosotros en el Hogar Paz.
“EL QUE MUCHO AMA
ES CAPAZ DE HACER GRANDES SACRIFICIOS
POR EL AMADO”.